Si yo me fuera, ¿lo sentirías?
—Lo sentiría… —murmuró el hijo, perplejo.
—Después te olvidarías de mí…
—No lo sé.
¿Qué otra respuesta debería esperar? Claro que la criatura no podía saber si olvidaría. Nadie sabe si olvida antes de olvidar. Si fuera posible saberlo antes, muchas cosas de solución difícil la tendrían fácil.
Una maravilla de libro.
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